Lo maravilloso comienza a serlo de manera inequivoca cuando surge de una inesperada alteracion de la realidad (el milagro), de una revelacion privilegiada de la realidad, de una iluminacion inhabitual o singularmente favorecedora de las inadvertidas riquezas de la realidad, de una ampliacion de las escalas y categorias de la realidad, percibidas con particular intensidad en virtud de una exaltacion del espiritu que lo conduce a un modo de estado limite.
A. Carpentier
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