lunes, 16 de marzo de 2009

Salvajes


Esto es un panfleto. No es un libro, ni un libreto, ni un cuaderno, ni un cuadernillo, es un panfleto. No pretende, ni de lejos, ser objetivo, ni crear consenso. Sus pretensiones son mucho más altas, pues no entendemos por qué hemos de ser modestos cuando podemos aspirar a lo máximo. ¿Qué es lo máximo? No queremos tener límites. No sabemos si los tenemos o no, pero precisamente esa no es nuestra cuestión, no DESEAMOS tener límites, queremos desbordarnos. Nos importamos nosotros. Nos preocupamos de los obstáculos y de los enemigos en la medida en que nos impiden hacer lo que deseamos u obtener lo que necesitamos. Si no estorban, no existen. Y si estorban, deben dejar de existir. Ya nos hemos preocupado durante bastante tiempo por reflexionar sobre el enemigo, el Sistema, el Capital, y tal y cual. Creemos que ya es hora de que nos preocupemos por nosotros. ¿Qué nos gusta? ¿Qué no nos gusta? ¿Qué queremos? ¿Qué no queremos? ¿Cuáles son nuestros deseos reales?.

Como decían algunos estudiantes de la prehistoria del movimiento estudiantil allá por los 60, los estudiantes son una clase en sí misma. No somos asalariados, aunque estemos destinados a serlo la mayoría; ni somos dirigentes como estamos destinados a ser los pocos. No estamos en ningún lado, estamos todavía en transición, en proceso. No queremos decir que estemos a salvo de la mierda del Sistema, pero sí decimos que se dan las condiciones materiales, reales, para revolucionarse, revolverse contra aquello que no queremos y por aquello que queremos.

No tenemos posesiones, nada es nuestro. No tenemos casa propia, ni coche, ni familia, ni hijos a nuestro cargo, por lo que no se nos puede engañar con eso de que somos de clase acomodada, pues no tenemos nada que conservar. Nos falta todo todavía por tener. Lo tenemos todo por delante. Es el primer punto del que hay que tomar conciencia: no tenemos nada que perder. Si hacemos una huelga, no nos van a echar del trabajo, ni vamos a dejar de cobrar un sueldo, ni tan siquiera tenemos que perder unas estúpidas "conquistas sociales" con las que lograron engañar a nuestros padres. Si hacemos huelga, no sólo no vamos a perder nada, sino que vamos a ganar muchas cosas, vamos a recuperar un día de aburrimiento para nuestro beneficio, y lo vamos a convertir en un día de vida real, vida intensa en la que vamos a hacer en cada momento lo que nos plazca y no lo que nos corresponda en nuestro papel de estudiante. Disfrutando del placer del momento subversivo.

Somos conscientes, pese a todo, de nuestra situación en el mundo. Somos conscientes de que estamos aquí para ser futuros trabajadores, sabemos que tenemos un papel que cumplir en este mundo, el de estudiante, el de persona que aprende a tragar la mierda de Realidad, el de persona que se afana en aprender la ideología que insuflan los intelectuales del Sistema a través de la cultura, personas que aprenden a reducir su cuerpo y su mente a unos espacios y unos horarios rígidos para llegar al mundo del trabajo con el cuerpo y la mente ya reducidos. Somos conscientes de que somos Estudiantes.

No tenemos las cosas claras. Pero OJO, eso no quiere decir que vayamos a permitir que vengan listillos a aclararnos a nosotros y a decirnos quienes somos y que queremos y qué no queremos. No admitiremos vanguardias revolucionarias que vengan a encabezar nuestra revuelta con sus ideologías. Y no vamos a permitir, tampoco, a los líderes sindicales ni a los sindicatos en sí mismos. No os vamos a dejar, os lo avisamos, no vamos a permitir ningún intento de manipulación, ni vamos a dejar que recuperéis nuestras luchas para el Sistema, llevándonos por los inofensivos cauces de la democracia. ¡Abajo la democracia! ¡no más diálogo! Hay que dar caña. Os lo advertimos, si intentáis meter vuestra zarpa entre nosotros, vamos a arremeter contra vosotros con toda nuestra ira. Mejor todavía, arremeteremos contra vosotros aunque no intentéis meter la zarpa, sólo por lo que sois y lo que hacéis, por vuestra función de bomberos del fuego de la revuelta. ¡Recuperadores de mierda, estáis en el punto de mira!.

Todo está en el punto de mira. Nada de este mundo es salvable. Los estudiantes nos cagamos en todo. Hemos empezado a desengañarnos de las credulidades de la vida moderna, no creemos en la seguridad del hogar lleno de sentimientos electrodomésticos, ni en las máquinas que dan una felicidad patética, como la sonrisa del burro al morir. Los coches no son más que el modelo del ideal burgués de felicidad. Quemémoslos, rompamos los escaparates de la alienación y de la falsa vida.

Este panfleto es un virus. Se extiende y fluye por el mundo sin límites tejiendo redes de deseos subversivos. Puedes formar parte de él. Es más, puedes ser él. Difúndelo, fotocópialo, regálalo a tus seres queridos. Crea sueños.


Salvajes, Madrid, diciembre de 1998.

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