jueves, 26 de febrero de 2009

Democracias occidentales


En occidente existe la siempre peligrosa idea de que su modelo de sociedad es el ideal. Cualquier tipo de sociedad que se aleje de los patrones rigídamente establecidos por las democracias liberales son calificados en el mundo occidental de sistemas autoritarios, dictatoriales o incivilizados.


Existe el espejismo obsceno de que la única civilización posible es la occidental, y tras ella, no se esconde más que el puro vacío.


Como si la memoria se tornara por momentos selectiva y se ignorara que áquellos indios que fueron arrasados en Ámerica tenían conocimientos de astrología o de matemáticas muy superiores a los de los "civilizados" conquistadores. Como si nadie supiera que, cuando en Europa se desarrollaba la Edad de Piedra, los chinos ya cultivaban las tierras, fabricaban objetos y telas e incluso tenían ya una organización política.


Es indiscutible que en la actualidad el mundo occidental resulta el que mayor grado de desarrollo económico ha logrado cosechar. Pero nadie puede dudar tampoco que este bienestar económico y social, del cual gozamos unos pocos afortunados, sería improbable sin un número aberrante de personas que sufren en su piel la miseria más indigna.


Pienso que no se pueden analizar las victorias de occidente sin echar la vista atrás, aunque sólo sea fugazmente, para observar el rastro de sangre, miseria y opresión que la civilización ha dejado tras de sí.
Exepto para algunos elegidos, la historia es imprevisible, pero a veces se torna científica y matemática. Y científico es, sin duda, que absolutamente todos los países que hoy han conseguido un grado de bienestar supremo es a costa de oprimir y explotar a una gran parte de su pueblo, o a otros países, como ocurre en la actualidad.
El sistema de bienestar occidental se plantea cómo una gran farsa en la que los hombres buenos y blancos construyen su mundo en paz y armonía con el resto de sus semejantes.
Por supuesto, todo hombre bueno y blanco debe, por una especie de amor fraternal y místico para con sus desafortunados "hermanos incivilizados", trasladar, exportar e imponer este sistema universal y perfecto a todos los rincones del planeta.

Quizá esto explique uno de los grandes dramas africanos: la impsición absurda e interesada por parte de los países desarrollados de democracias "al estilo occidental". Baste con decir que en un lugar en el que el principal medio de sociabilización para muchas personas sigue siendo la tribu, quizás, sólo quizás, este lugar no esté preparado para la democracia.

1 comentario:

  1. de acuerdo ,pero en esos paises se vive como dios manda,seguro debes ser un comunista acomodado,con dadivas otorgadads problamente en retribucion a este bien indigno servicio que le prestas a los duenos del feudo.Miserables aquellos que hacen reverencia a tantas injusticias que se cometen contra los pueblos oprimidos por cualqier dictadura y en especial la de cuba

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